martes, 21 de junio de 2011

Los pensamientos de Basil (Pastiche de "El retrato de Dorian Gray")

Por: Carla Martínez Palacios


Eran las seis de la tarde, y ahora, que la hora del té había pasado Basil se encontraba relajado en su estudio. Observaba cada uno de los detalles, que él sabía sería su obra maestra, el retrato de un joven llamado Dorian Gray.

Lo había conocido hace tiempo, su físico lo cautivó desde el primer momento pensó que tanta belleza tenía  que ser plasmada, se obsesionó con esa idea, y nunca se sintió tan dichoso como cuando dio la primera pincelada .Basil sentía que había entregado mucho de su ser en esa obra y los momentos que pasaba con Dorian Gray se le hacían exquisitos.

La obra estaba ahora terminada, Basil la contemplaba con sumo cuidado, sin apenas pestañar, pues temía que ene sste corto lapso la pintura desapareciera. Sentía una extrema adoración hacia la pintura, pero ahora que la había terminado sabía que irremediablemente se la tendría que dar a Dorian. Al pensar en ese hecho a su corazón le daba una terrible punzada. ¿Cómo sería posible alejarse de toda esa belleza e inocencia proyectadas en una sola persona? Sería algo tremendamente terrible de hacer. Pero le quedaba el consuelo  de que si no podría ver el cuando tran seguido, vería a su queridísimo amigo la representación de la belleza en carne y hueso.

A los  pocos días Basil entró en un gran temor, pues después de que él había acabado el cuadro, Dorian no lo había llamado. Le cruzaron por su mente terribles pensamientos, que tal si el joven Dorian lo aborrecía, que el tiempo que habían pasad juntos era una tortura para él, que las demostraciones de cariño eran simplemente cortesía y que todo lo que los unía era el simple hecho de Dorian anhelaba un auto retrato.

Pero Basil desechó esa idea rápidamente no quería atormentarse con tales pensamientos. Si Dorian lo aborreciera hubiera podido buscar algún otro pintor. El chico era joven, lo más seguro es que tenía muchas ocupaciones y por lo mismo no había podido comunicarse con él. Basil resolvió que lo mejor sería enviarle el retrato, le costó un terrible esfuerzo, pero lo hizo. Aun así una leve presencia del temor de no estar nunca más con Dorian Gray siguió en su mente. Si perdía conexión con él no volvería a sentirse inspirado de la manera en el que muchacho lo hacía sentir.

Sin embargo siguieron siendo buenos amigos, ya no tan unidos como lo fueron en ese periodo, donde Dorian se pasaba las tardes en el estudio de Basil. El pintor se sentía alejado y diferente en cierta manera a Gray, creía saber la causa. El cambio sucedió el mismo día en que Basil le presentó a Lord Henry. Recuerda perfectamente esa tarde cuando Dorian y Lord Henry salían al jardín. Basil no pudo contenerse de sentir unos terribles celos, desde el momento en que empezaron a platicar, Basil no pudo concentrarse en nada más, sentía mucho calor y los observaba desde sus estudió.
Pero a partir de entonces Basil sintió que fue desplazado del amor de Dorian y que Lord Henry lo había reemplazado. A veces en las noches, se atormentaba, sabía que Lord Henry era más interesante y divertido que él; que por más que se esforzara sería aburrido, incluso para el noble Dorian. Y Basil lloraba,  sabía que su fuente de inspiración se alejaba y se trastornaba. Sabía que Lord Henry era el culpable de todo eso, y lo llegó a a odiar. Jamás mostró ese odio porque si lo hacía, apartaría aún más a su amado amigo.

Una noche, Dorian Gray les contó a  Basil y a Harry que estaba enamorado. Basil vio como los ojos de Dorian se iluminaban al hablar de la mujer que lo había cautivado. Si Dorian era feliz Basil lo era, pues lo inspiraba aún más que el joven hablara de amor, era el punto máximo de la juventud y la armonía. Pero cuando Dorian se la mostró, vio que no estaba equivocado en la belleza de la muchacha, pero como actriz a Basil le pareció fatal. Basil observó desde la oscuridad del teatro la cara de espanto y tremenda decepción que Dorian Gray tenía. Basil se sintió inmensamente incómodo pero sabía que no era tan grave. Así es la juventud, cambian de ideas y parecer constantemente. 

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