miércoles, 29 de junio de 2011

Experiencia Federico Froebel; preparación para la vida

La vida se construye de grandes metas, desde que somos pequeños, siempre deseamos ser alguien grande, por esta razón, realizamos nuestros estudios desde el preescolar, soñando con ser papá y mamá y nuestras tardes eran de juegos.
Tres años después, salimos hacia la primaria, donde comenzamos a entender el mundo real, aunque aun no es visible, pues no nos importa mucho, sólo pensamos en juegos y amigos, deseando estar en sexto de primaria y al fin ser los más grandes de la escuela.
Posteriormente, nuestro panorama hacia el mundo se expande más, pues nos vamos a la secundaria y comenzamos a experimentar cambios nuevos en nuestra vida; la famosa adolescencia, en la que no nos entendemos ni a nosotros mismos y la naturaleza del amor comienza a surgir en nuestro corazón como un deseo que será reflejado en un futuro aunque muchas chicas comienzan a experimentar este sentimiento hacia el sexo opuesto antes de ser lo suficientemente maduros para tal responsabilidad.
No obstante, aun no es el final de la vida, sino que cada día buscamos ser mejores y superarse cada uno de acuerdo a sus ideales y expectativas.
Recuerdo que en la secundaria, mi grupo y yo nunca fuimos muy unidos, pues cada uno era amigo exclusivo de algún grupo y por lo tanto, fue en esta ocasión que no estuve muy triste por la graduación ya que tenía pocas amigas y muchos compañeros y conocidos.
Debo admitir que para mí era algo muy grande poder llegar a la universidad, cuando niña, solía imaginar y jugar con mi hermana a ser una maestra y usar zapatillas, así como usar maquillaje e imaginaba ser estilista peinando, cortando el cabello y maquillando a mis muñecas e incluso a mi propia hermana.
Era niña, y era un tiempo para jugar e imaginar, siempre buscando aventuras de detectives y corriendo hacia la sala de maternal para ir a cuidar a los bebés y en el camino, jugar un poco de agua.
Sin embargo, al terminar una etapa más de mi vida que me preparó para el futuro, esta vez, comencé la etapa de la juventud, etapa en la cual los juegos ya no podían estar en nuestros horarios y en la cual, nos dedicamos a forjar un futuro basado en las metas que cada día cumplimos.
El primer sábado que conocí a mis compañeros de preparatoria, me sentí bastante insegura, cuando entré al salón, no podía dejar de estar nerviosa pues no conocía a nadie, sólo a Ceci, la chica con la que al inicio comenzamos a estar mi hermana y yo, recuerdo que ese día saludé a Moni y no me saludó, sólo me miró y volteó la cabeza a otro lado, también recuerdo que al final del día, conocí a Luis, Pepe, Jonathan y Toñito éstos tres chicos fueron los primeros que me hablaron y me sorprendí al saber que Toñito era el hermano de dos pequeños que veía con frecuencia cerca de la escuela y de los cuales también conocía a sus padres.
No todos los chicos que llegaron al grupo se quedaron, vimos partir con tristeza a muchos de nuestros compañeros a lo largo de estos tres años. Al inicio, me fue bastante difícil integrarme al grupo, ya que no estaba acostumbrada a su forma de ser y a decir verdad, no entendía a mis compañeros pues eran un poco extraños y pensaba que sólo ellos mismos se entendían por conocerse desde preescolar o secundaria y ellos querían que me adaptara a ellos.
Mis ideales siempre han sido los mismos pero creo que, aunque el principio de mi estancia en la preparatoria fue bastante difícil y casi imposible, todos los problemas que tuve con mis compañeros me sirvieron para forjar un carácter que me serviría para la universidad, mi primer año fue muy importante y una verdadera prueba, pues aprendí muchas cosas, a pesar de al dificultad que esta nueva etapa representó para mí, la escuela siempre me apoyó bastante, pues los sábados mis maestros me apoyaban con clases de asesoría y con lo cual pude mejorar en todas mis materias, en lectura y redacción, la maestra Karla me apoyó mucho pues, aunque mi ortografía no era muy mala, mi redacción no era del todo buena, lo que más me gustó de lectura y redacción fue la paciencia que Karla nos tuvo a cada uno de nosotros por mejorar nuestra escritura y que todas sus clases eran amenas y dinámicas, uno siempre recordaba sus clases antes del examen y sus ejemplos sobre su abuelita.
Aunque al inicio yo sabía que todos los de secundaria le tenían miedo y que era horrible, yo nunca creí eso por que Karla nunca fue así y al contrario, se convirtió en una amiga para cada uno de nosotros.
Además, nunca olvidaré mi primera presentación de piano, en la cual a pesar de haber repasado durante todo el semestre, en el momento los nervios me hicieron cometer errores que arruinaron mi presentación pero que sin duda alguna me hicieron madurar y tuve el apoyo de mis compañeros y maestros al consolarme.
Sin duda alguna, el sexto semestre fue un gran semestre, pues comencé a llevarme más con la mayoría de mis compañeros, en especial con “las abis”, Dorita, Moni y el grupo con el que me senté durante este año; Jona, Ceci y Toñito, este grupo de chicos, era sorprendente, maravilloso y opuesto, pues Ceci y yo éramos más calladas que ellos y Toño y Jona siempre se reían de todo y nos contagiaban su risa.
Cada uno de mis compañeros cambió bastante a lo largo de estos tres años, algunos más otros menos pero estoy segura que ahora que vamos a la universidad, hemos aprendido a madurar; por ejemplo, Toño era muy inquieto en primero y siempre lo regañaban por que estaba por todo el salón bailando pero en sexto semestre ya no bailaba por que estaba en el taller de danza, ahora le gustaba reírse de todo e incluso dejarme sorda muchas veces por su risa tan fuerte, pero creo que fue un buen amigo al igual que Jona y Ceci. Aunque todos aportaron algo de sí mismos que me hizo apreciarlos.
Jona, era igual de inquieto pero siempre estaba molestando a las niñas y en especial a “las abis”, ahora sólo molestaba de vez en cuando a Moni y siempre hablando de su perrito “Gordo”, sin excluir las burlas de todo lo que cada uno hacía, Ceci siempre durmiendo, aunque al inicio era callada, al final fue bastante habladora y pudimos compartir muchas pláticas.
Garci, era muy callada y siempre se reían de los sonidos que hacía cuando algo no le agradaba, ahora hasta chismeaba con sus amigas, cantaba y además bailaba, Monsi, siempre creativa aunque a veces no le importara como quedaban las cosas, Abi, muy cumplida y seria aunque de vez en cuando se reía chistoso con sonidos raros y su risa siempre era diferente o sino, equivocaba al hablar.
Mafer, no dejaba de ver su espejo y dormirse en las clases, Dorita, que alucinaba los corazones, una chica soñadora tratando de encontrar a su príncipe y siempre estaba “enamorada”, Moni que al inicio no hablaba, ahora hablaba siempre, Ferni, siempre haciendo algo en su mesa y dibujando, Juanjo, nunca lo entendí, pues era serio y muy poco risueño, al inicio me molestaban sus sarcasmos pero después lo tomé a broma, Toshiro, siempre tocando su guitarra y hablando de dos cosas; una que se quería casar al salir de preparatoria y la otra sobre mecánica automotriz, Luis, que al inicio me pareció un chico aplicado y que sabía mucho francés, con el tiempo me di cuenta que no era así y que sabía más de gastronomía que de otra cosa, lo cual era bueno para el pues eso era lo que quería estudiar, en primero siempre lo molestaban las chicas de secundaria y Triny, la maestra de francés era su “cupido”.
Oli, era muy distraída pues hacía cosas manuales, Jona siempre la molestaba por los errores que hacía, pero ella siempre fue alegre y sabía sobrellevar las cosas aunque en ocasiones era un poco exagerada, era divertida, Pepe, comía mucho, se acababa los pays de Oli y era su mejor amigo.
Dulci, siempre trabajando y soñando con ser detective del FBI y sus caballitos, fue muy importante para mí por que siempre tuve su apoyo y lo mejor de todo era que pensábamos igual aunque con algunas diferencias, al inicio, ella fue con quien estuve más tiempo, pero poco a poco, conocí a los chicos que ahora son mis compañeros y quizá no somos los grandes amigos pero siempre los apoyaré en todo y tendrán mi consejo y ayuda.
Espero me consideren una buena compañera y quizá recuerden algo sobre mí; las ranas, los bebés, los niños y mi fascinación a las artes.
No olviden que lo que hacemos hoy, se reflejará en el futuro y por tanto, esforcémonos por evitar cometer errores que en un momento determinarán el ritmo de nuestra vida, no se guíen por los sentimientos de su corazón sino por sus pensamientos y siempre piensen antes de hacer algo.
Espero que cumplan todos sus sueños y que Dios les bendiga mucho.


Karla V. Mayoral Antonio

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