miércoles, 22 de junio de 2011

Confesión de Dorian Gray

Por: Andrea Fabián Torres

Ayer fue encontrado el cuerpo del Duque Dorian Gray en un cuarto de su propia casa, sin embargo la manera en que fue encontrado el cuerpo, no era la misma en la que se le había visto siempre.

Su apariencia era horrible, era un cadáver lleno de arrugas que destilaba asco, a lado del cadáver estaba el famoso cuadro del retrato que había hecho Basilio hace muchos años, intacto y con la belleza que caracterizaba a Dorian Gray.

Dorian Gray era un duque demasiado bello, era admirado y amado pero también fue temido y aborrecido durante los últimos años de su vida. Conforme iba pasando el tiempo, su maldad iba creciendo, se hablaba y rumoraba mucho de él, lo creían un hombre despiadado, y aunque al principio fue querido por todos porque su hermosura era innegable, al final nade quería tener relaciones con él.


En el cuarto donde se encontró muerto con un puñal en el corazón, también se encontró una carta con remitente para Lord Henry, de inmediato fue llevada a la casa de Lord Henry y aún impactado por la muerte de su amigo Dorian Gray, éste se dio paso a abrirla y leerla.


        Querido Lord Henry:


Aunque a veces ni yo sepa quién soy ni en quién me he convertido, soy tu amigo Dorian Gray. ¿Recuerdas la plática que tuvimos hace un rato acerca de cómo me sentía y de la muerte de Basilio? No has dejado que exprese mis sentimientos como he querido. Y creo ser muy cobarde para poderte confesar las cosas que he hecho sin cometer algún crimen después de eso, así soy yo, aunque sigas creyendo que soy un hombre bueno.

He de confesar en esta carta mis más grandes temores y crímenes, y te los confieso a tí Henry porque eres mi amigo y el amor de mi vida, sé que después de esto, cambiará tu percepción hacia mí, ya no seguirás creyendo que soy un hombre hermoso y bueno, el hombre de hace años cuando nos conocimos.

Como tú sabes, Sybil Vane fue un gran amor, mi heroína y su muerte fue digna para mí, lo que sucede es que hace algunas noches me dirigí a una colonia apartada a charlar con una persona y cuando iba saliendo del lugar, una mujer me llamó “príncipe azul” mi antiguo apodo, me sorprendió y aterrorizó porque era como me llamaba Sybil, sin embargo seguí caminando para que no se notase mi miedo y unos cuantos paso más, bastaron para que un hombre me detuviera y agarrara a la fuerza para quererme matar.

Su nombre me lo dijo enseguida, era James Vane que quería vengar la muerte de su hermana. Yo me imaginaba muerte, sin embargo pensé y utilicé la belleza y juventud que aún conservaba para desmentirle quién era, y que no era el hombre que estaba buscando.

James me creyó y me dejó ir disculpándose conmigo, pero después de eso, yo estaba intranquilo, es por eso mi actitud extraña y pavorosa de alguien siguiéndome, así estuve unos días hasta que me enteré que el cuerpo que había matado el duque el día de caza, era James, mi esperanza de cambiar y ser alguien nuevo regresó.

Ahora quiero confesar mi más temido miedo, me has preguntado cómo es que conservo mi juventud y belleza de hace años. Aunque no creas lo siguiente que te voy a decir y pienses que estoy loco, te lo diré. El cuadro que pintó Basilio de mí hace años tiene mi alma, es cierto, yo me conservo siendo el mismo porque el retrato ha cambiado, las expresiones de maldad y arrugas se notan en este último, es realmente asqueroso.

Esto pasó después de haber expresado mi deseo de nunca perder mi hermosura y ser siempre joven. Fue un momento de vanidad y egocentrismo, como lo he sido todo este tiempo. Ahora me arrepiento y me da vergüenza, por eso tuve que deshacerme de Basilio, porque él ha sido el culpable de toda mi desdicha, si no hubiera hecho ese retrato nada de esto estaría pasando.

Aquí he confesado otro crimen, así es, yo he matado a Basilio y lo he eliminado con ayuda de Alan Campbell. ¿Ves ahora lo atroz que soy? Mi alma está consumida y no soy el mismo, ese retrato ha consumido lo que soy y tengo mucho miedo. Quiero empezar de nuevo, ser otra persona y necesito de tu ayuda, quiero contar contigo, te mostraré el recuadro la próxima ves que te vea esperando que sea en unos días.

Dorian Gray

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