martes, 28 de junio de 2011

La despedida es corta, pero nuestra amistad es eterna

No sé ni cómo empezar a escribir esto, mis manos me están temblando y mi corazón está palpitando rápidamente. Creo que si no fuera por la música horrible de mi hermano, ya me habría puesto a llorar por todo lo que han escrito en este blog.
Creo que de todas las experiencias que he pasado en mi vida, esta ha sido sin duda una de las más tristes. No me puedo imaginar mi vida sin cada uno de ustedes, todos han formado algo muy importante en mí con el paso del tiempo.
Recuerdo que cuando llegué a la secundaria, me sentía un poco inseguro por lo que iba a pasar, por las personas que iba a conocer, pero la verdad que es que me sentí muy bien con las personas que estaban en mi grupo, y en especial con Johny y las Abis. Cómo me divertí esos años.
Pero la preparatoria ha sido algo muy aparte de la secundaria. Creo que en la preparatoria es donde logré hacer amistades más fuertes y convivir más con cada uno de ustedes, y no sólo con mis compañeros sino también con muchos de los maestros que algún día nos dieron o nos siguen dando clases.
Recuerdo que muchas veces me quejé de haber seguido en la preparatoria del Federico Froebel. De hecho me cambié, pero sólo duré un día en la otra escuela. No pude evitar extrañar tanto ese ambiente en el salón donde me divertía tanto.
Aunque hubo momentos en los que peleábamos, en donde nos gritábamos o nos dejábamos de hablar, siempre logramos reconciliarnos y sin dejar de perder esa amistad. En el Federico logramos hacer amistades tan cercanas, donde literalmente nos conocimos en casi todos los sentidos. Sabemos quién se comporta de alguna manera, los hombres hemos visto a casi todas las mujeres acabadas de levantar, y muchas otras cosas que incrementaron esa confianza entre nosotros y nos ayudaron a poder tener mejores amistades.
Gracias por todos esos momentos tan increíbles, que hicieron de mi estancia en el Federico algo importante y que no me gustaría dejar nunca. Creo que gracias a todos ustedes el estrés del IB no fue tan pesado. Todos esos nervios y desesperación se olvidaban cuando alguien hacía o decía algo chistoso, y todos nos reíamos y podíamos sobrellevar todo ese estrés.
Gracias a todos esos maestros que me ayudaron a crecer como persona y como alumno. De verdad gracias por impulsarnos a seguir a pesar de todo, a ser responsables y a esforzarnos cuando más se necesitaba. Gracias por que ustedes han sido responsables de que nosotros estemos llegando a grandes metas y podamos dar todo de nosotros para cumplir nuestros sueños y anhelos.
Creo que si le dedicará a cada uno algún párrafo lograría hacer el ensayo más largo que cualquiera que Karla nos haya pedido antes. Como ya lo dije, cada uno de ustedes forma algo muy importante en mí, y créame que si por mí fuera volvería a cursar otra vez estos tres años con ustedes, no cambiaría nada de estos, o tal vez algunas cosas, pero la mayor parte de este tiempo seguiría igual, con mucha alegría y diversión.
Nunca olvidaré mis risas con Johny, ni mis pláticas y chismes con Moni, Monchi, Abi y Garci. Ni tampoco a mi Andrucha y Mafer, que fueron con las que más reí estes años, en verdad las amo. Ni tampoco a mi DoriLu, Carla ni Fer, siempre veré sus videos en las  pijamadas para no olvidarlas, y para acordarme de sus risas. Juanjo, Iván, Luis y Toshiro, estos cuatro que estuvieron muy juntos este año, en verdad los aprecio mucho y los voy a extrañar.
Areli siempre la recordaré con esos ojitos cerrados, y con su gestos y expresiones únicas de ella. Oli y Pepe, disfruté mucho su amistad y todas esas risas y cosas tontas que decíamos. A las Gemelis, con esa voz tan delgadita y esas expresiones que las diferenciaban de las demás.
Gracias por todo, y lo único que les puedo decir para terminar es que les deseo lo mejor. Espero que cumplan las metas que se han hecho y puedan seguir adelante, que nunca se desanimen y que todo lo que aprendieron en estos tres años lo puedan aplicar en su vida futura. Y espero que más adelante nos veamos y podamos recordar estos tiempos, y que podamos seguir teniendo ese afecto y cariño que tenemos.
Los quiero a todos y los voy a extrañar demasiado, recuerden que siempre van a contar conmigo y que la amistad que formamos en estos años nunca se acabará.
J. Antonio Hernández

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